El M1 decorado en 1979 por el artista norteamericano es la última víctima del activismo radical contra el cambio climático, que parece haberla tomado con las obras plásticas.
Como parte del mundo real que es, de cuando en cuando los caminos de la automoción se entrecruzan con las agendas de otras lides. Y, en esta ocasión, dicho cruce, por decirlo en plata, no ha sido para nada feliz.
El BMW M1 Procar que decorase en 1979 el artista Andy Warhol ha vuelto a ser noticia, tristemente, tras el ataque que ha sufrido a manos de un grupo de activistas radicales en lucha contra el cambio climático.
Estos radicales, de un modo similar a otros grupos que han atacado pinturas de Vincent Van Gogh derramando contra ellas sopa de tomate, han lanzado varios kilos de harina sobre el M1 mientras éste se encontraba expuesto en la Fabbrica del Vapore de Milán, como parte de una exhibición dedicada a Warhol.
Riesgo innecesario para una obra millonaria
Afortunadamente parece que el polvo de la harina no ha dañado el coche más allá del brillo de su carrocería, algo fácilmente solucionable con un lavado y detallado a fondo. La acción, ocurrida el pasado 18 de noviembre, fue reivindicada ‘in situ’ por cuatro miembros de la organización italiana ‘Ultima Generazione’, quienes remataron el ataque con una ‘sentada’ frente al vehículo.
Un vehículo cuyo valor actual alcanza los diez millones de euros y que, además, es uno de los ‘Art Car’ de BMW más conocidos y apreciados. Y es que, en otro tiempo más feliz donde el arte era la forma de protestar, el aclamado ilustrador estadounidense plasmó su estilo en este M1 de Grupo 4 que llegó a participar en las 24 Horas de Le Mans de 1979, consiguiendo un meritorio sexto puesto absoluto (en pleno nacimiento de los ‘monstruos’ del Grupo C, ahí es nada) y convirtiéndose, quizá, en la ‘pintura’ más rápida de todos los tiempos.
El M1 de Warhol, además, fue una de las primeras (la número 4, en concreto) piezas de la saga ‘Art Car’. Una tradición que comenzó en 1975 con el 3.0 CSL pintado por Alexander Calder y que BMW ha mantenido hasta nuestros días, poniendo en manos de los artistas más relevantes y disruptivos de cada época la decoración de sus modelos más destacados.